Han pasado varios meses desde que escribí sobre una leyenda propiamente dicho; desde mayo, para ser más específico. Tenía tantos temas personales que contar que sin darme cuenta estas se adueñaron de mí. Buscando una leyenda con la cual volver, encontré una que, aunque triste, tiene un mensaje que me encantó: La Mula Maneada.
Una Bestia Infernal
Según la leyenda, una mujer que vivió durante la época colonial, aunque sin especificar el lugar exacto, Ramona Esqueda, tenía una mula particular. La había entrenado para dar patadas y la usaba para castigar injustamente a los trabajadores que tenía. Se dice que sus patadas incluso eran letales.
Con el paso del tiempo, la mula se volvió tan peligrosa que su propia dueña tuvo que “manearla”. Manear es una palabra que significa “atarle las patas animal”, esto con el fin de que no se mueva, usualmente para ordenarlos o hacer cualquier otra cosa. Sin embargo, la paz duraría poco.
La Guerra de la Independencia de Venezuela estalló el 19 de abril de 1810, y el rancho fue incendiado. Todos los animales lograron escapar, excepto por la mula. Cuando la guerra terminó, el 10 de noviembre de 1823, los campesinos buscaron recuperar sus sembradíos, pero con el tiempo vieron una criatura que causaba estragos: una mula fantasma que escupía fuego.
Lo que antes era un animal peligroso se había convertido en una bestia infernal. Lo curioso de todo esto es que no encontré algo sobre una protección, un rezo, ofrenda, ni nada que apacigüe a la mula. Parece que el odio es más fuerte en este caso.
Un Híbrido Noble
Lo primero que pensé al leer sobre este espectro fue en el simbolismo espiritual de la mula. Para ello, Diffen fue de bastante ayuda:
“Una mula es la descendencia de un burro macho y una yegua. Las mulas heredan cualidades deseables tanto de burros como de caballos; del caballo heredan la fuerza y la resistencia, y como los burros, las mulas son generalmente pacientes, seguras, inteligentes y de temperamento equilibrado. Las mulas son estériles, pero se sabe que las mulas hembras producen leche.”
Leer sobre el burro y el caballo como animales espirituales también fue útil. Básicamente, la mula es un híbrido que combina la responsabilidad y astucia del burro con libertad y resistencia del caballo. Es un espíritu sabio que puede ayudar tanto, y una persona se tomó el trabajo de corromperlo.
Evidentemente no fue cosa de un día romper el noble carácter de una criatura como la mula. Ramona Esqueda tuvo que trabajar día y noche, y estoy seguro de ello, para volverla un animal violento, capaz de dar patadas tan peligrosas que ella misma le terminaría temiendo.
Como dije antes, la leyenda no menciona protección alguna, y me parece que eso habla bastante sobre el propio mensaje de la historia. A veces, el peligro es demasiado, el riesgo es muy alto, y es mejor tomar distancia. A veces es mejor ahorrarse la pelea, no siempre podemos ser los superhéroes.
Corrompido
Para mí, esta ha sido una lección difícil de aprender. Desde niño siempre desprecié la violencia. El ser víctima de acoso escolar por 11 años me hizo aún más pacifista, preferir las palabras antes que los golpes. He dado varios golpes en mi vida, pero nunca me he sentido cómodo al respecto.
Me tocó aprender a defenderme de alguna manera, y aunque no me gustaba, aprendí a responder para marcar una distancia. Llegó un punto en el que quería responder a todo, algo en lo que aún trabajo. He pasado por momentos hermosos, pero también situaciones difíciles que me llevaron al borde de la locura, y perdí el rumbo.
Me di cuenta de esto cuando noté que no estaba disfrutando de escribir. Se suponía que era mi pasión, mi amor, mi vocación, mi camino de vida, pero me daba fastidio. Veía la computadora con rabia, con cansancio, y fue allí cuando supe que algo andaba mal.
Decidí dejarlo todo de lado, olvidarme de lo que creí que debería hacer y empezar a hacer las cosas a mi manera, al menos en lo que a escritura respecta. Mi humor cambió, mi visión también, incluso mis historias se transformaron (aunque sigo escribiendo horror, bastante explícito de vez en cuando). Nunca he querido ser una persona que se llene de odio.
Personas que Están de Paso
Hace poco lo puse a prueba. Tuve una discusión con una de mis mejores amigas, y ella decidió que era mejor terminar todo. Pensé que llegaría a guardarle rencor, que me daría rabia recordarla, pero no fue el caso. Es extraño no saber de ella, no hablar con ella, pero fue una decisión que aprendí a respetar desde el primer día. Mientras tanto, sonrío al recordarla.
Contrario a la cabra, he aprendido a lidiar con el odio de los demás, pero también a tomar distancia cuando veo una bestia infernal en camino. No escupo fuego, o al menos hago mi mejor intento, y tampoco permito que alguien lo haga cerca de mí. Cuando tuve la discusión con esta amiga, fue porque me cansé de que me tratara y me hiciera sentir de determinada manera, y le pedí que quería a mi amiga de regreso.
Aunque perdí a una persona muy especial, me he dado cuenta de que es para lo mejor. Siempre he sabido que hay personas que pasan por tu vida sin tener que quedarse, aunque fue la primera vez que realmente me dolió. Aún así, me di cuenta también de que estoy mejor sin ella, y ella sin mí. Aprendí a apagar mi propio fuego, pero también a reconocer cuando alguien no está dispuesto a hacer lo mismo.
Las cosas se hubiesen vuelto tan complicadas que ninguno de los dos hubiese estado en paz. Yo supe marcar un límite, y ella decidió tomar distancia. Fue lo mejor que podría haber pasado, y solo ahora puedo verlo, casi un mes después, porque ella tomó todo de la peor manera. Tuve que tomar distancia para no salir más herido de lo que ya estaba, algo que de seguro harán los campesinos cuando ven a la cabra escupiendo fuego.
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