Columna: Yule en México

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Los mexicanos, seamos religiosos o no, usualmente nos referimos a esta temporada de fiestas como Guadalupe-Reyes, que inicia con el Día de la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre y termina con el Día de los Reyes Magos el 6 de enero, y comúnmente alude a un maratón de comida y bebida, por lo que los paganos y brujos usualmente celebramos el solsticio de invierno antes de la fecha exacta del solsticio, ya que después estamos ocupados con reuniones familiares o salimos de vacaciones. Siempre me hace sonreír el recordar mi primer Yule, fue mi primer ritual en el que participé en un coven. Nunca olvidaré al sumo sacerdote abrir la puerta, darme la bienvenida con una cálida sonrisa y el olor the pino, canela, romero y mirra que salía de la casa. Todos me saludaron con palabras gentiles y por fin pude entender lo que ‘feliz encuentro’ realmente significaba. Al mismo tiempo, todos tenían una expresión de curiosidad preguntándose qué hacia ese niño de 16 años ahí, a lo que el sumo sacerdote les diría “no juzguen a la gente joven por sus edad, la mayoría de las veces son más sabios que nosotros.” Aunque no me sentía nada sabio; al contrario, sentía que no sabía nada y que quería aprenderlo todo y participar en todo en lo que pudiera en el ritual.

Column: the Virgin of Guadalupe – a Colonial Crossroad

There is something special about being a polytheist. Belief and practice with multiple gods necessitates an understanding that all gods are real. Certainly, polytheists argue over a “hard” or “soft” approach, debating whether the gods are actual individual entities or exist in a more archetypal manner, but either way a polytheist is able to accept another person’s religious experience with another deity as valid. We are comfortable with experiences that differ from our own. This is much more difficult in monotheistic faiths.